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RETO 16 – UN AROMA A JAZMÍN ME VOLVIÓ A LA REALIDAD.

En la terminal de autobuses aquélla tarde de octubre hubo poca gente. Los asientos vacíos sentían las manos del personal de limpieza haciendo su trabajo. En la ventanilla, la paciencia de una chica atendiendo a un pasajero inconforme fue impresionante. Sonreí para mí mismo sabiendo que no aguantaría tanto si yo fuera ella. Observé el reloj de la puerta donde descendían los pasajeros y eran las 5:50 p.m. El autobús llegaría en cualquier momento. No tenía prisa. Me levanté y compré una botella de agua cerca del módulo de viajes especiales. Necesitaba sofocar el calor. Pero, sobre todo, el nerviosismo que me invadía volver ver, después de tantos años, a la persona que marcó mi adolescencia.

 Regresé a mi lugar. Desde mi posición podía observar quiénes abordaban o descendían. Sin embargo, una pareja de ancianos llamó mi atención. Pasaron abrazados frente a mí. Él le ayudó a sentarse y se agachó para acomodarle los zapatos. Sentí mucha ternura. Mis ojos brillaron apunto de derramar una lágrima. Me pregunté si algún día podría vivir un amor así.

 Ensimismado en mis pensamientos, no me percaté que alguien mencionó mi nombre. Un aroma a jazmín me volvió a la realidad. Levanté la vista y ahí estaba. Una chica ataviada con una blusa roja y jeans azules, de cara redonda, labios carnosos y ojos cafés, estaba parada frente a mi sosteniendo una maleta. Era ella. La chica de la cual me enamoré muchos años atrás y que, por azares de la vida, dejé de ver. Me incorporé y todo mi cuerpo experimentó una sensación de corto circuito. Ella seguía esperando una reacción mía. Yo estaba paralizado. No supe qué decir. Poco a poco fui recuperando la cordura y al fin logré articular:

 —¡Daniela!

 En ese instante la barrera de tiempo y espacio se derrumbó. Nos acercamos el uno hacia el otro y su perfume con aroma a jazmín invadió todo mi ser. Nuestros cuerpos vibraron por la emoción contenida por años en un abrazo que solo la nostalgia que dos enamorados pudieron entender. Fue un abrazo largo, sincero, como si en ello se nos fuera la vida. La pareja de ancianos miraba la escena conmovidos. Seguramente le recordaba a su propia historia de amor.

 Tomé la maleta y abrazados, Daniela y yo, salimos de la terminal rumbo a casa.

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katimav
3 años desde

Que bonito Alkysirez, tú mirando con ternura a la pareja de ancianos y ellos sin saberlo miraron con ternura a ti a Daniela 🙂 ¡Gracias por compartir!

romina
3 años desde

Muy bien el escrito, ahora no es solo una descripción, aquí hay narración también.