Siento el tiempo detenido en nuestra habitación, con el olor dulce de nuestros cuerpos fundidos, cierro los ojos para entregarme y disfrutar de ti, quedando invisible la dualidad rosa y champagne de nuestras paredes y los detalles de buen gusto que decoraste, solo está la vibración de mi cuerpo junto al tuyo, besos interminables acariciando mis labios, con rose lingual topando el paladar y esos juegos ardorosos que invitan al placer.
Cuando nos conocimos ¡Como olvidarlo! En medio del paisaje místico camino a la laguna, inmediatamente hubo atracción, nada carnal, fue solo personalidad complementada, nuestros amigos fueron celestinos sin proponerse y empezamos a compartir relatos de nuestros viajes, gusto a la lectura y esa adicción al cine. Desde ese día nuestros celulares se convirtieron en cómplices de la historia colosal de amor.
Pasaron los meses y nos enamoramos, decidimos vivir juntos, porque aunque creemos en el matrimonio no aguantamos los preparativos, Hasta mi madre se asombró de la premura, no teníamos cadenas que nos impidan, rentamos un departamento que empíricamente y con buen gusto lo decoraste, ¡me encanta como eres! No te rindes, todo tiene solución a tu lado, empezamos a compartir todo hasta el trabajo, claro que tú en otro hospital.
¡Ya vivimos 4 años! Y parece meses, tengo una energía enorme en tu compañía, hemos decidido todavía no tener hijos, porque concertamos que cuando lleguen merecen nuestro tiempo y atención, Siempre tenemos un plan para el fin de semana somos fugitivos a la playa, al rio, a los nevados, ¡Nos encanta la naturaleza ¡ A veces pienso que vamos rápido como que el tiempo se nos acaba.
Hace un mes me duele el hombro y me siento cansada, las fasiculaciones musculares de mi brazo izquierdo me despierta por la noche como una alarma. No te digo nada porque quiero seguir con nuestras aventuras. ¡Estoy con calambres ¡ me duelen las piernas y no puedo ocultarte, un presentimiento me asalta y empiezo a desvariar.
— ¿Mi amor que te pasa? —Me dices casi dormido—
— ¡ya no aguanto más! Te ocultado una serie de síntomas que me atacan. — ¡ayúdame por favor!
Y como quien en verdad es custodio, saltas de la cama, prendes la luz y me auxilias.
—Esto no está bien (evidenciando tu conocimiento) amanece y nos vamos al hospital.
Casi trémula, asiento con mi cabeza, y en completo silencio escuchas el listado de signos y síntomas, al amanecer partimos a la consulta, tu previamente con tus contactos tenías todo preparado, me recibe un Neurólogo que me ausculta de principio a fin. Se extiende con los exámenes (electromiografía y toma una muestra del musculo para hacer una biopsia).
Asistimos a la consulta, pero tú vas más preparado que yo, seguramente porque durante días estas por teléfono hablando con el doctor. Me siento frente al doctor y advierto complicidad de ustedes con su mirada, y pregunto:
— ¿qué pasa? — ¿Que tengo?—tú me tomas la mano con cariño, tiemblas y el doctor habla—
—Tienes ELA.
—Para mí era ya conocido porque había conocido personas con la misma enfermedad. — ¿En qué etapa?—
—En segunda.
Era bien conocido que pronto mis músculos se debilitarían, dejándome incapaz de caminar, con brazos inservibles, con un cuello sin activación muscular, dejaría de hablar, y con problemas para tragar hasta mi saliva, El ELA es una enfermedad neuromuscular agresiva, de tiene 5 años de evolución, y los primeros síntomas son confusos, que es por falta de distrofina en el musculo (un componente indispensable para la contracción muscular), que no tiene cura, y que en cualquier momento se fallece por paro respiratorio. Y lo peor de esta enfermedad es que yo estaría consciente de mi propia decadencia.
Al salir del consultorio me sentía fría, sin ánimo de llorar, estaba digiriendo que todo lo que me pasaba de alguna forma seria mi destino.
¡Mi despedida de este mundo era inminente! Todos los días te haría sentir amado y cuando ya no pudiera hablar, ni escribir te dejaría una carta con tu hermana.
La carta diría; ¡Te amo ¡ creo desde el primer momento que te vi, ¡ agradezco todo mi amor!, todo lo hermoso que compartimos, ¡eres un hombre increíble! No quiero dejarte solo, pero tengo que irme, donde este te estaré cuidando como tú lo hiciste conmigo. Tu vida continua sigue como el hombre inteligente y amante de la vida. Encontraras un nuevo amor que te acompañara más tiempo que yo. Solo te pido que cuando no pueda sostener un libro en la mano me leas “el principito” fue nuestro primer libro y si llegas a tener una hija le pongas mi nombre para que me veas en ella con vida.
Mery.
Revisa las herramientas de producción y recuerda que solicitamos en el vivo escribir en primera o tercera persona.
Gracias Romi por leer, y voy a revisarlo