Siempre quise ser escritora, cuando entré a la secundaria había leído más de 30 libros. De sexto hasta octavo grado era ayudante de la profe de lenguaje, se llamaba Norah, siempre tenía energía y dedicación para enseñar, a veces se prestaba libros de la biblioteca y los repartía a todos los estudiantes del curso, el que te tocaba, ese leías y al finalizar la lectura hacíamos una ficha bibliográfica, todos hacían una, yo solía hacer de tres, como ayudante de la profe recolectaba todos los libros y los entregaba completos en biblioteca, varios terminaban antes, me lo entregaban y yo aprovechaba para leerlos, eran relatos como Marcelino Pan y Vino, Robinson Crusoe, El príncipe y el Mendigo, etc. Mi familia no tenía dinero, recuerdo cuando papá compró mi primer libro, tenía 11 años, le conté que estaba comenzando a leer en el colegio y cuando pasamos por un puesto de libros usados, vi su sonrisa al pagar 5 bolivianos por uno de sus libros favoritos: “este libro te gustará hija”, me dijo. Hoy me doy cuenta que no solo me gustó sino que cambió mi vida, seguramente lo conoces, se llama: CORAZÓN de Edmundo de Amicis.
Crecí, leí más libros, pero Carlos Cuauhtémoc Sánchez fue, es y creo que siempre será mi autor favorito, fue mi maestro en la adolescencia, a través de sus libros aprendí a cabalidad acerca del amor, autoestima, valor, felicidad, sexo, pornografía, noviazgo y prosperidad, desde entonces siempre quise ser como él.
Atrás dejo una vida de muchos deseos de ser una gran escritora, he escrito bastante, pero nunca le mostré nada a nadie, ¿por qué?… Pensaba: “Alguien más lo puede hacer mejor que yo”, “Si lo escribo, ¿qué pensarán de mí?, “Alguien lo leerá y seguro tiene algo más interesante esto”, “Y, ¿si me equivoco?”, “No soy lo suficientemente buena como ellos piensan”.
En el colegio nos llevaron a un congreso llamado FÁBRICA DE HÉROES, solo sabía que Carlos Cuauhtémoc iba a estar allí, recuerdo muy bien sus palabras cuando dijo: “Si quieren ser escritores deben escribir y leer todos los días al menos 2 horas, sino lo hacen, en realidad ustedes no quieren ser escritores”.
Vuelvo. Lo que piensas es cierto, siempre alguien lo puede hacer mejor que tú, pero también es cierto que, nadie lo va a hacer como tú. La clave para ser bueno en algo, viene de la práctica, de la preparación, de la experiencia, de enfocarte en lo que quieres llegar a ser, y trabajar todos los días para lograrlo. Yo también tenía miedo, pero este tiempo en casa me hizo reflexionar en el eterno propósito que Dios tiene conmigo, entendí que para saber a dónde voy, debo saber de dónde vengo. Fui creada con esta habilidad, para este tiempo y con el fin de compartir contigo este mensaje: Somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Tu vida tiene un propósito, ya lo encontraste?
Con cariño,
Katerin
muy lindo . soy adolescente y me inspiro lo que pusiste , justo en unas cosas me identifique