El semáforo me indica que debo pasar, pero giro a la derecha sin colocar la luz adecuada, por un instante me bloqueo por el ruido ensordecedor de los autos de atrás, aprieto el botón de mi izquierda para subir el vidrio y aplacar el sonido, sin importarme cual urgencia tengan o solo ganas de molestar, llevo con mi mano izquierda lentamente mi volante, y miro a lo lejos el lugar que deseo ir, Ummmm ¡Que rico! El solo pensar en la heladería me hace estremecer y a la vez desear todos los helados del lugar, soy adicta al helado, por suerte mis dientes no presentan sensibilidad al hielo, el trayecto es de exactamente 4 minutos, me acerco al parqueadero y solo veo lugar entre dos autos ,eso intenta desanimarme y marcharme, pero la sensación del helado en mi boca me anima y me sustenta a poder parquearme, con esa motivación me parqueo, me bajo aplastando un control que llevo en la mano, empujo la puerta de vidrio, me acerco al estante y pido un helado de ron pasas, mi preferido, pago y antes de recibir el vuelto rompo la funda y lo aprisiono en mis labios sintiendo la memoria de dulce y ron , toco con la punta de mi lengua haciendo una especie de palanca para succionarlo, me caen gotas a la mano ,saco mi lengua y me sirvo el sobrante, lo empiezo a girar y lamerlo de lado, realmente siento un incremento de endorfinas.! Es un elixir de vida!.
Mery
En el vivo vimos la diferencia entre narración y descripción. Puedes ver los ejemplos del libro.