RETO N° 18 DIALOGOS: “Me hiciste falta”

Papá llego a la cevichería antes de lo previsto. Lo observo con atención. Lleva la camisa a cuadros que le regale en su onomástico. Se ve muy simpático. Doy unos pasos, y antes de saludarlo inhalo un poco de aire. 

—Hola —Muestro una sonrisa.

—Hola hijita —me abraza—. Me agrado recibir tu llamada. ¿Cómo estás?           

—Me encuentro bien papá.

­—Me alegra saberlo. ¡Estas toda una señorita! Qué bueno que sigas estudiando. Me siento muy orgulloso, y cuéntame a qué se debe este inesperado encuentro —su voz denota preocupación.

Espere este momento por años. Quiero decirte que… —contesto con lentitud—. Me hiciste mucha falta —pronuncio al fin.

—Tú a mí también. Lo siento mucho —carraspea—. No fue mi intención causarte daño.

—Lo sé —pronuncio—. Sin darte cuenta lo hiciste. Tenía apenas doce años cuando te fuiste de casa —inhalo—. Recuerdo que de pequeña siempre te pedía salir a pasear, pero tú nunca podías, porque te daba vergüenza que los demás te vieran debido al vitíligo —agarro valor—. ¡Pero para tu amante nunca lo tuviste! —me siento con ganas de llorar, pero eso no me detiene—. Yo siempre he deseado a mi héroe. No solo me causaste daño a mí, sino también a mis hermanos. Yo he sido tu princesa, tú has sido todo para mí. No te imaginas cuanta falta me hiciste —hago una pausa—. Desde aquel momento que se divorciaron nunca más pude tenerlos a ti y a mi mamá juntos. He tenido que aprender a vivir momentos con ustedes por separado, y eso me ha causado mucho daño.

—Lo sé. Créeme que tampoco fue fácil para mí dejarlos. Cometí el error más repugnante que un padre puede hacer a sus hijos —se limpió las lágrimas de su rostro—.Perdóname hija, te lo ruego —me tomo con fuerza las manos—. No puedo enmendar el daño que te cause, pero a partir de ahora si tú me lo permites puedo estar contigo, y recuperar los años perdidos a tu lado.

—No sé papá, si las cosas puedan ser tan fáciles para mí –lloro al fin.

Se puso de pie, y me estrecho en sus brazos. —Déjame intentarlo —expresa entre sollozos.

Mila Guerra

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