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Reto Doce – Pau Treviño – “Por amor al arte”

Argumento :  Paulina ha trabajado los últimos años “Por amor al arte”, negándose a cobrar en las ocasiones que ha tenido oportunidad. Sin embargo, su familia atraviesa por un momento económico complicado. Al recibir la invitación a la graduación de su mejor amigo, cae en la cuenta de que será ella misma quien deba ahorrar para realizar aquél viaje de tres días, a la Ciudad de Guadalajara, México. De otro modo, no podría cumplir la promesa que le hizo años atrás, de acompañarlo en aquél momento tan importante de su vida. 

 

Trama / Esquema Riguroso :

  • La Situación familiar : Descripción de la economía en los últimos meses.
  • La Promesa a Jorge : Paulina comparte la promesa que hizo a su amigo, de asistir a su graduación en Guadalajara cuando terminara la Universidad. 
  • Llamada telefónica con Melissa: Una amiga de Pau, consigue convencerla al teléfono de que seguir trabajando “Por amor al arte” es una cosa absurda. Ella debería cobrar por sus conferencias.
  • Primer cobro : Paulina descubre que nadie se toma a mal que ella cobre por su trabajo, lo cual le trae tranquilidad. Además, encontró la manera de ahorrar para el viaje. 

 

Relato :  “Por amor al arte”. 

 

Hace algunos meses mi familia atravesaba por una compleja situación económica. Habíamos estado estancados en el negocio, sin recibir clientela durante prolongados meses.  Para colmo, yo debía cumplir una promesa…

 

Uno de mis mejores amigos se graduaría de la Autónoma de Guadalajara. El pase a la fiesta y la entrega de cartas estaban reservados, pues yo había prometido asistir años atrás, cuando recién ingresó a la carrera de Administración Financiera. Siendo algo tan especial para él, no era negociable el realizar o no aquél viaje, sino el cómo conseguir el dinero para transporte, hospedaje y gastos extras.

 

En realidad, yo nunca había tenido necesidad de trabajar. Estaba centrada en mis estudios, y a pesar de estar involucrada en el sector cultural de mi ciudad, y de impartir conferencias en diversas instituciones, nunca cobré por ello. Lo hacía “Por amor al arte”, como dicen algunos. 

 

Hablé con mi mejor amiga sobre el dilema. Para mi sorpresa, no estaba enterada de que yo no cobraba por mi trabajo. Me regañó al teléfono y luego argumentó que “Si eres buena para algo, jamás deberías hacerlo gratis”, sobre todo si deseaba dedicarle mi vida a la literatura, no podía permitirme invertir tiempo en algo que no me remunerase lo suficiente.

 

Le prometí que cobraría mis próximas conferencias —tenía nueve programadas para las próximas semanas—. Mis padres me dieron algunos consejos sobre cómo manejar el tema, mostrándose contentos de que tomara aquella iniciativa. 

 

Me sentí tranquila al comprobar que todos los maestros o directivos que me habían contactado, se mostraban amables ante la idea de realizar el pago. Incluso prometieron recomendarme con otras instituciones y compañeros de trabajo. 

La satisfacción que comenzó a brindarme desde entonces mi esfuerzo, fue mucho mayor. 

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romina
3 años desde

Nos faltó más trabajo en conexión. Hacer que el lector sienta.