Amiga mía como de costumbre, me desperté al oír el despertador de mi teléfono móvil. Pero, a diferencia de otras veces, cuando me volví para apagarlo de un manotazo, me detuve por un instante, mi mente adormecida solo recordó ese tipo de sueño que es mitad recuerdo fue más como el instante en que un recuerdo regresa a ti tan poderosamente que ya no ves lo que tienes delante de ti, porque las imágenes en tu cabeza son tan vívidas que lo eclipsan.
Por un momento no hubo nada más que silencio. No estoy segura si eso duro diez segundos o diez minutos. Básicamente, no supe mucho de cualquier cosa, hasta que volvió a mí ahora con más detalle.
Todo había estado saliendo bien y de pronto algo había cambiado, estaba con ella discutiendo, me decía palabras que me hirieron, no podía creer que ella me estuviera hablando así, después de todo era yo parte de su familia, pero no le parecía suficiente, me vio con indiferencia, como si yo no fuera nada.
Todas las tardes pasaba tiempo con ella, veía sus telenovelas, la acompañaba a sus mandados, siempre quise que me aceptara, después de todo nunca habíamos convivido mucho, de hecho no tenia recuerdos de ella era una desconocida para mí pero estaba dispuesta a cambiar esa situación.
Ese año como familia pasamos demasiadas cosas y cuando nos mudamos con ella todo empezó por empeorar, gritos y discusiones todo el tiempo, cuantas veces fingimos ser la familia feliz, siempre pensando en lo que dirán, pareciera que en cualquier momento los lazos que nos unían fueran a romperse en cualquier momento.
Me duele decirlo pero nunca creí que esa discusión con ella se convertiría en lo último que escucharemos de ambas, es cierto que las personas enojadas no miden lo que dicen ese momento el enojo se apodero de mi esa sensación que algo te molesta, sientes el calor en tus mejillas, explote por aquello que decía, dije cosas sin sentido, también la herí con mis palabras.
Tiempo después la noticia que ella había fallecido, me tomo por sorpresa, no lo creí en ese momento, la culpa me mataba, enfermo a los pocos meses de discutir conmigo, no podía ver a la familia a los ojos cuando fui la causante de un distanciamiento.
Ese recuerdo ahora es parte de mi pasado, no fue mi culpa, siempre me lo repito, una gran amiga que conocí, una guerrera mi querida vane me enseñó mucho sobre lo que realmente importa , me hubiera encantado que la conocieras a pesar de su enfermedad, tenía un gran entusiasmo por la vida y un gran sonrisa, ella solía recitar un fragmento del libro a sangre fría de Truman capote : “Mientras vivas siempre habrá algo esperándote ; y aunque sea algo malo , ¿Qué le vas hacer? No puedes dejar de vivir”.
Tarde o temprano, creo que todos pasamos por tiempos en los que nuestro mundo parece venirse abajo, dejándonos solos, frustrados y a la deriva. Le puede pasar a cualquier persona; nadie es inmune a ello. No obstante, he aprendido que hay algo que quitaría la amargura que experimentemos en la vida. Hay algo que podemos hacer a fin de que nuestra vida sea más dulce, feliz y hasta gloriosa.
¡Podemos ser agradecidos!
Tal vez suene contrario a la sabiduría del mundo sugerir que la persona que esté llena de pesares le deba dar gracias. Sin embargo, aquellos que dejan a un lado la botella de la amargura y en vez de ello alzan la copa de la gratitud pueden encontrar una bebida purificante de sanación, paz y entendimiento.
Es fácil estar agradecido por cosas cuando la vida parece marchar sin problemas; pero, ¿qué ocurre con las ocasiones en las que lo que deseamos parece ser algo inalcanzable?
Permíteme proponer que consideremos la gratitud como una disposición, un modo de vida que es independiente de nuestra situación actual. En otras palabras, lo que quiero decir es que en vez de estar “agradecidos por cosas”, nos concentremos en estar “agradecidos en nuestras circunstancias”, cualesquiera que sean.
Todo esto a mí me ayudado en los momentos más difíciles, en todas la pruebas que se me han presentado y Espero que cuando tú te encuentres en una situación que sientas que ya no puedes seguir, que todo este perdido lo recuerdes
Lee el texto atentamente. Falta mucha corrección. EL primer párrafo quedó muy confuso. Primero atrapas la emoción, muy bien, luego, debes hacer el trabajo de taller, de corrección.