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Reto 20. No queda tiempo

Corría sin rumbo, la desesperación se apoderaba de mí, dejé de correr, cerré mis puños y caí de rodillas, nada tenía sentido, esto no me podía estar pasando. La vida me jugaba una mala pasada, ya no había tiempo.

Francisco y yo celebrábamos 2 años juntos, nuestra relación, había pasado las peores batallas, aún así el amor que sentíamos el uno por el otro era más grande. Era nuestro momento habíamos luchado tanto para llegar a esta felicidad. Ese día en el desayuno, Francisco al fin sonreía después de un año, su mirada estaba llena de vida, parecía que la ilusión de vivir había vuelto a él; besó mis labios con ternura, pasó su mano por mi cabello.

—Amor, ¡te amo! —Dijo con alegría—. No podría vivir sin ti, gracias por no rendirte.

No logré responder, la habitación dio vueltas, todo se torno oscuro, cuando abrí mis ojos los paramédicos decían palabras que no entendía, volví a cerrar los ojos, cuando los volví abrir, Francisco lloraba a mi lado.

—Amor, de verdad lo siento —Sus palabras estaban llenas de angustia—. Los médicos vendrán pronto.

El médico explicó como el tumor en mi cabeza era inoperable, cuanto tiempo de vida tenía y las medidas que debía seguir; después de “tumor inoperable”, no escuche nada más, le di un empujo al doctor y salí corriendo. Estaba frente a la casa de mi padre de rodillas mientras lloraba como una niña, me iba a morir y no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Entré, besé la frente de mi padre quien me observaba con dolor.

—¿Puedo dormir esta noche en mi antigua habitación? —Tenía la nostalgia reflejada en mis ojos—. No quiero volver a casa.

—Esta siempre será tu casa.

En mi habitación escribí una carta con mis últimas palabras:

Francisco eres el amor de mi vida, seguramente nadie te amará como lo hecho yo, a tu lado viví grandes tristezas, alegrías infinitas y aventuras inolvidables. Amor quiero que seas feliz, que sonrías y te vuelvas a enamorar, cuando sientas que no puedas más quiero que escuches “Goodbye my love de Ailee o Stand with me de Chanyeol” e imagina que estoy a tu lado, porque yo jamás podría dejarte, siempre viviré en tus recuerdos. Por favor cuida a mi padre como si fuera el tuyo.

Padre, te amo, vivo agradecida con Dios porque me permitió muchos años a tu lado, por que sin ti no hubiera sido la mitad de ser humano que fui, para mi has sido un ejemplo de vida y el amor más grande del mundo. Por favor no te rindas, recuerda que siempre estaré a tu lado y debes sonreír por mí. “No olvidamos a quien se marcha, se marcha quien olvidamos”.

A la mañana siguiente al despertar estaba dispuesta a disfrutar los últimos días de vida que me quedaban, si el tumor iba a robarme la vida, yo iba robarle tiempo a la muerte. Francisco sonreía a mi lado.

—Buenos días.

—Buenos días —Dije con dulzura, como si el día anterior, jamás hubiera pasado—. ¡Te amo!

—¿Quieres que hablemos o quieres hacer algo?

—¿Quieres casarte conmigo? —Pregunté muy segura de mis palabras—.

—¡Claro que sí!

—Amor, no quiero perder mi tiempo —Sus ojos mostraban miedo y nostalgia—. ¡Quiero vivir sin miedo hasta el final!

Jenn Rojas.

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romina
2 años desde

No olvides al lector, llévalo de la mano… que sienta… empatice con el personaje…