Fría y a la vez cálida así me siento esta noche con poca luz y sintiendo que hay millones de faros alumbrando nuestro despertar, el cielo está rodeado de estrellas con una hermosa luna.
Me recosté en el césped y observé todas las estrellas, le fui dando una razón por la que te amaba y aquellas daban un brillo único e inexplicable, pero con mucho amor.
Te imagino a lado mío, veo tú rostro triste donde añoras salir, caminar por el parque, tomarte una cerveza con tus amigos, llevarme a mis lugares favoritos y donde vivamos las aventuras que teníamos planeado.
La frustración que reflejas hace que tu corazón se queme, te hostigas tanto que quisieras lanzarte por esa ventana y terminar con todo como si fuera una escapatoria, tú muere lentamente al no poder hacer nada.
Pero has olvidado un pequeño detalle y es que estoy aquí contigo para cambiar tu tristeza por sonrisas, darte esa mano amiga para que te vuelvas a levantar de todo este caos que está viviendo nuestro país y el mundo entero.
No es momento para vivir con miedo al contrario es momento para agradecer de que seguimos junto, donde esperamos por un mañana maravillo y muy bendecido lleno de árboles, aves y ver que la gente disfrutar de todo aquello que nos rodea y nosotros estaremos listos para emprender ese viaje que Dios nos tiene preparado.
Cariño tomaremos el café por la mañana, veremos la caída del sol, y en la noche te diré cuales fueron esas razones que le di a la estrellas para que brillaran así, sonriamos ahora ¡que de esta nos levantaremos!
Alexandra Tomala