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RETO # 19: NO TEMAS, HAY ALGUIEN QUE ESTA A TU LADO

Daba vueltas en la cama. Mi esposa dormía, mientras yo  me limpiaba el sudor de la  frente. Observaba las manos temblar y sentía un hormigueo que recorría todo mi cuerpo. Inmediatamente me levanté y me senté a la orilla de mi lecho.

Llevé las manos hasta mi cabeza, solo el silencio de la noche me acompañaba. Las manecillas del reloj colgado en la pared, marcaban el tiempo de mi tormento. La presión en mi cabeza era colosal, no podía dejar de pensar en lo que me atormentaba, buscaba una salida a ese suplicio.

—¿Qué haces despierto? —mi esposa me preguntaba preocupada—. ¿Otra vez no puedes dormir?

—No, esta maldita ansiedad no me deja tranquilo —golpeaba la cama con mis puños—. Ya no sé ¿qué más hacer? Creo que nadie pude ayudarme.

—Amor, hay alguien que si puede ayudarte —me abraza por la espalda—. Tú lo sabes. No   te resistas. Él puede sanarte, darte esa paz que necesitas y vencer el miedo que te asecha.

—¿A quién te refieres?

—Te hablo de nuestro padre celestial. Lee su palabra, conversa con él y entrégale tus preocupaciones. Estoy segura que te sentirás mejor.

Miré a mi esposa, le di un beso y caminé hasta la sala. Tomé la biblia, cerré los ojos y exclamé.

—Padre bondadoso, recurro a ti como siempre. Sé que me he resistido en venir a buscarte y hablarte. He desconfiado de tu poder para vencer los males que me aquejan —lágrimas empezaron a caer—. Perdóname por haber sido soberbio. Por no comprender tu plan en mi vida. Por protestar contra tu voluntad. En tus manos esta darme la tranquilidad que necesito. Te ruego que alivies mi alma. Quita el peso de mis hombros, no permitas que me hunda en el hoyo de la desesperanza —me calmé—. Señor, ven a mi lado, camina conmigo y no te alejes nunca más.

Abrí los ojos, pasé algunas páginas del libro sagrado y encontré un mensaje.

“No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa” (Isaías 41:10).

Las palabras de mi salvador, llegaron hasta el fondo de mi corazón. Sentí paz, fuerza y esperanza. No necesité leer más. Dejé la biblia en su sitio de honor, volví a la cama y pude conciliar el sueño como nunca.

 

 

 

 

 

 

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romina
3 años desde

Muy bien. No olvides conexión. No es solo decir, es hacer sentir al lector…

— Son guiones de diálogo, la cita bíblica iría entre comillas.

katimav
3 años desde

Siempre a nuestro lado. Saludos José.