Al final de la noche
Es casi medio día, el sol se hace aparecer entre las nubes. Rubens desde su balcón observa los arboles que comienzan a enverdecer y los autos que transitan por las calles.
No puedo estar mas encerrado, puedo escribir todos los días, pero no todo el día. Quiero impacientemente salir a trabajar, pasear con mis amigos o simplemente salir a ejercitarme, sería absurdo si no lo hago, aunque comprendo que debo tomar mis precauciones.
Rubens se martirizaba por las largas horas de encierro, los días no se diferenciaban entre si y el verano estaba por llegar. Su amigo Juan lo visitaba, antes de partir a su ciudad para continuar su vida normal.
—Quisiera que terminaran estas dos semanas, porque no puedo seguir mas de esta forma, me angustia.
—Pienso que necesitas descansar, ¡hacía mas de dos años que no estabas de vagaciones! —con un tono irónico Juan señaló—.
—¡Tú eres el vago te la pasas durmiendo! —Espero un día poder leer tus escritos porque veo que todo el tiempo estas escribiendo. ¿También quisiera saber porque nos castigan con todo esto que nos esta pasando?
—Siempre quise terminar de leer la biblia para poder encontrar las respuestas que siempre tuve, y nunca lo logré, ¿Pero, sabes? Encontré respuestas irónicas.
¡Dios, gracias porque puedo creer en ti, por darme esta confianza y esta sabiduría, aunque nuestros gobiernos nos han abandonado, TÚ no nos desamparas, porque en la luz del sol estas TÚ, esta lluvia nos la mandaste para deshacerte de este mal; “si Dios es por nosotros nadie podrá pararnos”
—¿Quieres saber porque Dios nos a castigado? ¡Porque ciertos grupos creen ser dueños de la tierra, piensan que la luz del sol es solo para algunos individuos! ¿Y sabes? yo creo en un Dios tangible, en una fuerza realista, en un ser supremo. Sabes, esta pandemia es como una guerra fría que sin darnos cuenta ya esta ganada por otro régimen. En donde el gigante mayor esta casi vencido y no queremos darnos cuenta.
Juan un poco desconsolado se puso de pie y entró ala sala, tomó su maletín y se despidió, con un tono desolado. Las nubes se acercaban, el cielo se volvía gris. La noche estaba por llegar.
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