Reto 18: Una tarde color sepia

Regreso por un instante a aquel apartamento grande y  poco luminoso donde pasé gran parte de mi vida. La puerta está abierta, así cómo cuando él estaba en vida, a cuando él no la cerraba sino antes de ir a dormir, y aún ahora a distancia de tantos años sigue igual.

Me siento en el gran sofá beige que combina con el piso marrón que colora la atmósfera de color sepia. Al lado del que un día fue su lugar favorito. 

—Voy a tratar de hablar contigo sin ponerme a llorar. —Digo pausadamente— Sin disimular el nudo en la garganta o yéndome a otro lado.

—Adelante Nini, yo te he esperado siempre.

—¿Por qué decidiste aislarte así de la nada? ¿Por qué te dejaste consumir la vida?.

—Quizás ahora no puedas entenderme, pero cuando pasarán los años lo harás—Suspiró—. —Un día simplemente me cansé de luchar, me rendí, ya había combatido demasiado. 

—¿Luchar contra quién? —Digo con la voz llena de agitación—.¿Acaso nosotras no fuimos lo suficiente?

—No, ustedes no tuvieron la culpa, era una cuestión mía que no sé cómo explicarla. Me aísle, sabiendo que así la muerte vendría más rápido por mí. Y así fue. 

Mi promesa inicial se derrumba en un instante porque las lágrimas empiezan a brotar sin cesar, trato de calmarme pero la angustia me oprime el pecho. Suspiro.

—Si sabes que han habido cambio de planes, que ahora tengo una nuevas ideas y que todo está saliendo bien —digo secándome inutilmente las lágrimas.

—Yo siempre te dije que lograrías cualquier cosa que te propusieses, yo siempre creí en tí y en tus capacidades. —Sonríe.

—Te fuiste demasiado pronto T… —Empiezo de nuevo a llorar. —No alcanzaste a ver muchas cosas y ahora….

—No ya no sigas por favor, llorar no te hace bien, ¡recuerda las arrugas! —dice sonriendo mientras me acaricia el rostro.

Trato de sonreír, me limpio las lágrimas y noto el sofá vacío, así como la casa. Imaginando una conversación para la cual nunca hubo tiempo…