Camino en dirección a su casa, me tiemblan las rodillas. Estoy por cruzar un punto de no retorno, esa línea delgada entre una amistad de años y un noviazgo.
Toco la puerta, Vanessa abre la ventana. Hola ¿Cómo estás? Le digo. Me responde que se encuentra bien. Trato de romper el hielo preguntándole cómo le va en la Universidad, me dice que tiene dos semanas de ester de vacaciones. ¿A qué debo tu visita? Me pregunta sin rodeos. Tomo aire y le pregunto si puede salir, lo que te tengo que decir es algo muy importante, tras insistir varias veces al final accede. Al tenerla frente a mí, me quedo en silencio unos segundos cobro valor y le digo: En los últimos días pienso mucho en ti, en lo que paso en el Bachillerato, en el tiempo que te conozco, tuve que alejarme de ti un tiempo para darme cuenta que me gustas mucho y… -me interrumpe y no me deja terminar–
Espera, me dice ¡dos años después te das cuenta que te gusto! ¿No crees que ya es un poco tarde? No lo creo le contesto, al contrario hace dos años no sentía lo que siento por ti ahora. Suspira y mueve la cabeza de lado a lado, para después decirme: Fueron tres años intentando entrar en tu corazón pero siempre me encontré con el muro de que sólo me veías como amiga. Ahora el que pregunta soy yo ¿Por qué nunca me lo dijiste? le reprocho, siempre hemos sido sinceros entre nosotros. Da un manotazo al viento y me grita ¡Es el colmo! Es que acaso no conoces que hay un lenguaje sin palabras. Intenté de una y mil formas demostrártelo con mis actos pero nunca me viste con otros ojos.
-Le replico- Pero aún estamos a tiempo, no todo está perdido, todavía podemos intentarlo. Después de eso una lágrima se desliza por su mejilla, y con la voz entrecortada deja salir las palabras con lentitud ¿Crees que fue fácil aparentar estar bien al verte suspirar por otra mujer que no era yo? ¿Tener que soportar todo ese dolor en silencio?
Le respondo: Supongo que no, pero en ese tiempo fui honesto, sabes que jamás me perdonaría el hacerte daño. Entre un mar de lágrimas me responde: Tuve que enterrarte y sacarte de mis pensamientos, hacerme a la idea que lo nuestro nunca iba a ser, para que ahora aparezcas y me salgas con esto.
Las lágrimas llenan mis ojos, alzo la mirada y le digo: Sé que hay miles de razones para que no me quieras, pero si puedes encontrar una razón para volver a intentarlo, si pudieras hacer arder nuevamente la llama que nos unía. Con la mirada hacia otro lado me expresa: para ti todo es tan sencillo, el tiempo ha pasado y muchas cosas han cambiado.
Finalmente le digo: Lo tengo muy claro, pero te propongo dejar el pasado atrás, y darnos la oportunidad de un nuevo comienzo, dale una chance a mi corazón para demostrarte lo mucho que significas para mí, antes fui ciego pero ahora puedo ver claramente, porque sentí que una parte de mi murió este tiempo sin verte, tomate tu tiempo para pensar las cosas fríamente y me respondes después si quieres.
Esta bien, me contesta, dame tiempo para pensarlo, todo esto es tan complicado para mí, déjame ordenar mis sentimientos, estoy confundida al decir verdad no sé qué hacer ni que decir, una parte de mi quisiera dejarlo todo atrás pero no puedo superarlo, quiero encontrarme conmigo misma para darte la respuesta.
Gracias por compartir tu historia!! Saludos!
Recuerda que mencionamos no usar diálogos aún, falta aprender su puntuación, y mal escritos rompen el ritmo de la lectura.