Es día de la bandera y me encuentro formada para disfrutar la ceremonia con Alma, mi única amiga. Pero, hoy no sé qué le sucede, no me deja en paz, dice que soy una niña que se hace pasar por buena y me empuja sin parar. Mis compañeros ríen y la incitan a seguir, así que ella ha entrado en su papel y por lo que noto se ha olvidado de nuestra amistad. Dice que soy una mentirosa e hija de mamá y quiero darle una cachetada a pesar de que nunca he tenido deseos de hacer algo así, es solo que me esta hartando, pero tengo miedo porque de lado izquierdo esta parado nuestro tutor y esta escuchando a pesar de que lo disimula. Tengo ganas de vomitar, la cabeza me duele y mis uñas están enterradas en la palma de la mano por la presión que esta situación genera en mi.
Su voz me aturde- Alexia, ¿estas sorda?- me dice en tono bajo, pero agresivo.
No quiero meterme en problemas así que la ignoro.
– Eres como el patito feo, nadie te quiere, con esa cara y esos brazos velludos, ¿Qué no escuchas?- Me vuelve a hablar y me duele el corazón.
Para mí es una persona muy valiosa, pero ya me cansé de aguantar sus comentarios.
Todos guardan silencio, solo percibo sus respiraciones, así que me atrevo a responder-Ya cállate ¿Me puedes dejar en paz?- Siento un nudo en la garganta, quiero llorar, pero no debo hacerlo.
Ninguno de mis compañeros dice nada y ella se calla, mi tutor me mira con ojos fulminantes y unas ganas tremendas de desaparecerme para mandarme directo a otro planeta.Es consciente de lo que pasa y por primera vez me encuentro en problemas. Camina directo hacía mi con paso decisivo, ya se que va a decir.
– Te quiero en mi dirección.- Me lo dice de forma amenazante. Pero ¿En serio me regaña a mi y no a Alma?, ¡que injusto!
-esta bien, como usted diga- siento el vapor salir por mi nariz y las lagrimas acumulándose en mis ojos.
Estoy muy enfadada, seguro ya tengo un reporte de mala conducta.
– ¿Ves como en ningún lado encajas?- No acaba de molestarme.
-¡Maravillosa amiga tengo!- Esta vez sin dudarlo le grito, pues ya no me importa- Te he dicho que cierres la boca. ¡Es el colmo!-No dice ni una palabra. La bandera se alza y prefiero la calma.
Analizo la situación y puedo sentir que la ruptura con mi ex-amiga no ha terminado, en realidad acaba de comenzar.
Recuerda que les mencioné no usar diálogos si aún no saben como se escriben. Trata de enfocarte solo en la narración, lograr con ella la tensión y ritmo de acción.