El Sol brillaba con el profundo deseo insaciable de brillar, con una tonalidad que no le regala ningún espacio posible a la oscuridad.
Los reflejos del Sol danzan a través del océano, sin ningún tipo de obstrucción, donde solo se interpreta la libertad y la diversión, es en la danza de las hojas de las palmeras, mientras se distinguen las olas que se mueven sin cesar, pero en el momento cuando hay una quietud asombrosa, cuando hay es azocada cada una, que vuelan unas pequeñas lagrimas y se forma una manta de espuma blanca, es en la sensación de azote en la arena, cuando la vez de manera borrosa, pero eso ¿Está en tus ojos o en la desoraganización del agua? Mientras recibes la brisa fresca en la cara, cuando percibes que a lo lejos de ilustran los océanos infinitos, cuando miras algunas islas en los alrededores, que parecen flotas, son los barcos que parecen hundirse a lo lejos o tal vez es la magia que se presenta cuando no hay vacío en las nubes, que no lo puedes ver, pero sí lo puedes sentir cuando no hay sensación de peligro, solo la tranquilidad violenta en cada ola.
Tu escrito logró transportarme a una playa justo como la describes, me gusto. Muchas gracias por compartirlo.
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