Pasado (tercera persona)
Girasoles.
Tímida y callada era Alexandra cuando conoció a Karen. Una amistad que fue sembrada como los girasoles, sencillas, hermosas y originales. Entre ellas se dan luz cuando están en tempestades. Ambas demostrarán su amor y apoyo incondicional.
Era un día perfecto para que disfrutarán de una tarde fría (amaban ese clima), pero todo eso cambio cuando Karen llegó a la cafetería con una tristeza. ¿Qué tienes? Pregunto su amiga, y ella no contestó, Alexandra la abrazó fuerte para que sintiera esa confianza. Sus lágrimas comenzaron a acariciar su rostro. La dejó, mientras esperaba mimaba su cabello fino y largo. Cuando se calmó, Karen le contó, tenía que ser opera, y se oponía por miedo a que le suceda algo peor.
Lo que Karen no sabia es que su amiga estaba pasando por cosas peores, aun así, ella mostró una sonrisa y la aconsejo que debía hacerlo por su bienestar, prometiendo que estaría en ese momento. Cumplió su palabra, la acompaño en su operación y estuvo hasta el día en que se recuperó.
Los papeles cambiaron, ahora era Alexandra quien necesitaba de Karen. La enfermedad empeoró, y la llevó a estar internada por días, ausentándose del colegio. Karen en ese momento no sabía nada, decide llamar a la hermana, le informan que está hospitalizada, sin pedir mas detalles sale corriendo, dejando su maleta en el colegio.
Su corazón se destrozó al verla con muchos aparatos. Le pidió perdón por no a ver llamado antes, tomó su mano, recostó su cabeza sobre ella, pidiendo que despertará. – ¡no estoy en coma! Le respondió, alzo su mirada empapada de lágrimas y ella sonrió. Alexandra le cuenta sobre su enfermedad rara y también le pide disculpa por no contárselo antes. Se abrazaron fuerte, secaron sus rostros de llanto. Prometieron llamarse cuando estén en peligro y apoyarse en los momentos difíciles, apretando sus dedos meñiques juntando los pulgares.
Se convirtieron en hermanas, cumplieron sus promesas. Karen la acompañaba a sus citas médicas, y siempre se decían “pa lante como un elefante” (era su frase). Sonrieron eternamente.
Presente (primera persona)
Traición
¡lista para irme a la universidad! Llegando empiezo a escuchar murmullos. Al parecer, es de mí. Lo ignoro. Me acerco a Kelly y le pregunto que ocurre, mueve la cabeza diciendo que no sabe. No le creo, pero actuó como si nada. Pasaron las dos primeras horas mi celular suena, un mensaje de ella.
Son unas capturas de chat. Mi amiga con mi novio ¡no puedo creer! Una lagrimas cae sobre mi mejilla mojando la pantalla de mi celular. Kelly me abraza, la aparto, salgo corriendo al darme cuenta de que todos me observaban (me dirijo al baño). ¡soy cuernuda! Todos lo saben, menos yo.
Tomo mi celular marque a David no contesto. No podía entender que había echo mal para que ellos me hagan eso. Hago puño en mi mano derecha con la intención de golpear el espejo. No lo hago.
Mayra ingresa al baño, pidiendo perdón. ¿Perdón? Se cree que con eso yo olvidare el daño y la confianza que acaba de destruir. La miro con odio, coraje, y con todo el desprecio del mundo. No le digo nada, salgo del baño y ella agarra mi brazo pidiendo que la escuche. La ignoro, pierdo el control, le grito ¡suéltame! Y la empujo. Se golpea con la pared y cae al suelo. Nos quedamos mirando, suspire lo más profundo para no seguirla agrediendo. Y salí.
Le envié un mensaje a Kelly, pidiendo que se lleve mis cosas, ya no quería volver al curso, y tener que escuchar “siento mucho lo que te hicieron” y lo único que hacen, es que me sienta peor.
La brisa del mar hace bailar mi cabello. Las lagrimas han quito todo mi maquillaje, saco mi libreta, escribo toda la traición de mi supuesta “amiga”. Yo perdonaba cualquier desplante que me hacía, pero esto jamás. Pienso que millones de mujeres pasan por esto, unas buscan levantarse y otras acaban con su vida. David me llama, lo rechazo. No quiero hacerme daño. No quiero tener que escuchar más mentiras y caer como una tonta. Bloqueo su número, el de ella también.
No pido explicaciones. Dejo que ellos mismo busquen su mal. No soy buena maldiciendo. Mi amistad ya no la tiene, acabo con todo. Solo espero que sea fuerte cuando le hagan lo mismo. Si algo tengo claro, es que el karma existe.
Alexandra Tomala
EN el primero, enfócate en un momento. En el segundo, los verbos deben estar en presente, debe ocurrir el acto cuando lo escribes.