Mejor amiga: El Blanco
Al llegar al hotel vieron sus sueños mutilados, aquel lugar parecía una ciénaga, tenía flores marchitas, paredes carcomidas por la hiedra, la piscina principal se encontraba en reparación y al ingresar a la recepción las recibió el silencio. Tocaron la puerta, estaba entreabierta, empujaron suavemente y esta se abrió con un gran chillido como en una película de suspenso, al entrar la respiración se les detuvo por un segundo; debajo del mostrador salió un bulldog americano brotando saliva, ambas se miraron con pánico cubriendo a los niños a sus espaldas, no se preocupen escucharon al fondo el no muerde y salió una mujer desarreglada con el cabello enmarañado, quien parecía que venía de una siesta. En ese instante querían tomar sus cosas y salir corriendo…
Con Rebeca todo era inesperado, un día estaban sentadas en un sillón sin nada que hacer y por la noche irrumpían en una piscina con iluminación rosa mirando las estrellas, así era ella espontanea, con un espíritu de niña, le encantaba jugar en el mar mientras Adriana dormía en la arena. Eran tan distintas, por eso hacían un buen equipo.
Cuando reservaron el hotel por internet se vislumbraba como una fantasía, las fotografías eran encantadoras, un lugar de fácil acceso, seguro, frente al mar, con todo lo necesario para olvidar el ir y venir de la ciudad; pero la realidad fue otra.
La tarjeta de débito no fue aceptada, no había conexión y el cajero más cercano estaba a unos diez minutos en automóvil sobre la carretera en el centro Jaco, hacía un calor insoportable era la hora del almuerzo los niños tenían hambre, salieron a buscar algo de comer, la zona de restaurantes estaba a seiscientos metros y la única piscina disponible en el hotel era abarrotada por hombres semidesnudos tomando licor, bailando, cantando estridentemente, era como estar inmersas en una fiesta de fraternidad a la que no fueron invitadas. Rondaron por el lugar, observaron un gran rotulo que decía “cuidado con los cocodrilos” con dos ilustraciones gigantes. En ese momento decidieron salir de ahí.
Emprendieron su recorrido por playa hermosa buscando otro hotel, estaban agotadas, tenían sed, sueño, hambre, de pronto pasaron por un lugar sublime, cálido con una pequeña piscina para niños y otra para adultos, estaba vacío, rápidamente regresaron por las maletas y emergió su aventura en ese pequeño sitio que desde entonces se convirtió en su lugar feliz.
Peor amiga: El Negro
Soy una persona apacible, me gusta disfrutar de esos instantes solitarios en los que escucho mis pensamientos, sobre todo en la ducha, hablar conmigo es más fiable, aun así tengo un pequeño círculo de amigos que admiro, mi amistad hacia ellos es perdurable; el problema es que no siempre obtengo lo mismo, por más cautelosa que soy constantemente se cuela en mi vida un lobo disfrazado de oveja.
Cuando me siento triste busco hablar con alguien, a veces ese desahogo se vuelve en mi contra, me enfada la maldad que se entreteje en el corazón de muchos, la indiferencia ante el dolor ajeno para sobresalir.
Miro a Rosa no lo puedo evitar siento repugnancia, no me agrada, odio sentir esto pero es inevitable. Una persona que conoce los secretos más íntimos del otro y los divulga no tiene perdón.
La enfrento y la expongo ante todos para que vean quien es en realidad, en ese momento sale a la luz la fealdad que hay en su interior y siento como me sumerjo en un mundo de mentiras, el apoyo, los regalos, todo falso.
Mi error es no ver las señales, pensar que todas las personas se entregan de forma incondicional. La próxima vez debo ser más cautelosa.
Adriana Chavarria C.
EL presente es acción. Las cosas pasan cuando las escribes. Revisa los verbos en ese texto