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Reto 15/Anécdotas

Anécdota especial en pasado.

Aún recuerdo aquel día, fue en este año. Por no expresar las emociones el cuerpo pasa factura. De tantos corajes que me trague mi organismo no aguantó. Estaba en el trabajo y me empezó a doler el estómago. No sabía que era. Empecé a vomitar, aunque no había desayunado, después un dolor intenso. En el trabajo es mi compañero de trabajo y es muy eficaz pero afuera Pablito, es un amigo como pocos. Pablito me llevó a una farmacia de un doctor famoso pero no supieron que era, así que me aconsejaron ir a mi hospital del IMSS para descartar daño en la vesícula. Pablito no sólo me acompañó al hospital sino que se quedó afuera esperando los informes, conforme pasaba el tiempo me daba pena pues yo adentro con mi suero intravenoso y él esperando. Una vez más me demostraba ser un amigo de los buenos pues cuando no había quien se quedara conmigo, él estuvo ahí incondicionalmente pasando la noche en vela y con frío pues por la urgencia ninguno de los dos llevábamos con que cubrirnos el frío. Los médicos me hacían estudios por si tenían que operarme de urgencia, me invadió el miedo, me dieron ganas de llorar, lo que había empezado comenzado como otro día más de trabajo se había convertido en una noche de posible cirugía. Pablito me echaba porras y no dejaba que mi ánimo decayera, me daba palabras de aliento. Afortunadamente me dieron de alta al otro día y aunque con eso no pago su apoyo, lo invité a desayunar-comer y me dio gusto verlo devorando la comida. Después me acompañó a mi casa y ahí me dejó. La amistad de Pablito es invaluable.

 

Anécdota desagradable en presente.

Puedo percibir como cambia el semblante en su cara, aunque pareciera imperceptible también se puede notar un cambio en la respiración. Nos están confrontando para saber quién de los dos dice la verdad. Yo estoy tranquilo pues todo lo que digo es veraz. Aunque no puedo evitar hacer una mueca de enfado y decepción al oírle decir su versión de los hechos. No puedo creer que la persona a la que yo defendía de los demás cuando hablaban mal de ella ahora esté hablando mal de mí. A final de cuentas, los demás tenían razón. Es una persona mentirosa. Esto nos pasa a menudo a personas como yo que creemos en los demás pensando que tienen integridad como nosotros. Siento la boca seca y me siento mal conmigo mismo al constatar la frase que dice: “piensa mal y acertarás”. Lo positivo de todo esto es el aprendizaje que me queda sobre que hay lobos disfrazados de oveja.

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