1)Estaba sentada en el filo de la cama, contemplando como jugaba mi princesa con su manitos, las alzaba y volvía a ponerla en su rostro, cubriéndose la cara y luego sacándolas- diciéndome “buuu”… y zas – que saltaba yo en señal de susto para escuchar su risa, y así jugando, riendo, esperando a que mi esposo termine su ducha para servir el desayuno. Mientras reíamos, me miró, extendió sus manos para que la abrace y pronunció “mama, mama”, mi corazón se aceleró a mil por segundos, la piel se me erizo, las lágrimas sin previo aviso salieron acariciando mi rostro, la primera vez que decía mamá – estaba creciendo, pensé. Jhon, Jhon, empecé a gritar llamando a mi esposo… ella dijo mamá. En ese instante la agarré, la abrace, haciéndola sentir que ahí estaba su mamá para protegerla, para cuidarla, para llenar en lo posible de momentos de alegría, tantos como ella me brindaba con solo decir mamá.
2)Ella despertó algo desorientada, la alarma no había sonado, sentía que no había descansado, miró alrededor, ya no estaba su esposo en la cama, y la niña no se encontraba en la cuna. Lo empezó a llamar, pero al ver que no tenía respuesta, se levantó, observó que la alarma estaba apagada, el celular no estaba en su sitio. ¡Qué está pasando!, ¿dónde rayos están?, era la escena perfecta de esas películas de terror y secuestro… caminó hasta la sala y vio a su esposo sentado en el mueble sosteniendo en sus brazos a la niña… ¿por qué no me has llamado? ¿por qué apagaste la alarma? le reprochó algo enojada… Sin embargo, él con ternura le dijo que solo quería que descanse porque había trabajado hasta tarde en la noche, y enseguida le extendió la mano, la sentó a su lado, la abrazó y le dio un beso en la frente en señal de calma.
3) Hola Paola,
¿Sabes? ha sido agradable compartir nuestras vivencias a través de las letras en estos cortos días del taller de escritura, me encanta descubrir el poder que tienen las palabras, y cómo recobran vida.
Me gusta el taller, pero he de contarte que a veces no tengo el tiempo suficiente para dedicarle a la escritura, aunque estamos en casa, el teletrabajo, las actividades diarias y mi bebé, hacen que las horas se conviertan segundos. Sin embargo, quiero contarte que a mi esposo le darán vacaciones la próxima semana. ¡No sabes lo que me generó esa noticia! Dejó ahí impregnada una sonrisa en mi rostro. Me dará más tiempo para dedicar a mis textos. Aun no se lo he comentado pero mi propuesta es que se encargue de algunos de mis quehaceres, con la finalidad de ser recompensado después…
No te imaginas como pienso en la expresión que hará, pues hemos divido los quehaceres y los horarios para cuida a mi princesa, aunque voy decida a convencerlo.
Esta tarde se lo diré, espero tener el éxito en mi objetivo.
Muy bien el trabajo de personas gramaticales y conexión (gran crecimiento) ahora falta más atención en la ortografía. Leer atenta cada palabra, que no nos falte una s, un acento…
Gracias por tus comentarios Romina, lo tendré en cuenta.
me gusto mucho aun no tengo el privilegio de ser madre pero imagine cada palabra que narraste, al mismo tiempo la angustia cuando despiertas de un sueño y no ves a tu seres amados me hizo tener una conexión no todos los textos logran ese efecto y tu lo lograste felicidades.