Lo mejor de mi semana (1° Persona):
Hasta ahora he tenido una semana muy buena, pues pude ver a mis tías y a mi abuelita. Poder estar cerca de tu familia aunque sean unos minutos después de tanto tiempo de no verlos es algo mágico. Darles un cálido abrazo y compartir experiencias y momentos con nuestra familia fue algo hermoso, pues los recuerdos de cada momento ocurrido vuelven a sentirse como si estuviesen volviendo a ocurrir, regalando una sensación de calma y de paz dentro de uno mismo. Haber convivido con ellas y platicar de cómo hemos estado pasando la cuarentena, de cómo nos hemos echado de menos y de lo que hicimos durante esos días hace que las horas se conviertan en minutos, pues al vivir situaciones tan lindas y satisfactorias como esas hacen que uno pierda la noción del tiempo por un buen rato. Me sentí como no me había sentido en mucho tiempo, y pude volver a tener contacto con gente que me ha hecho ser quien soy, que siempre me apoyó y que ha estado a mi lado en todo momento. Me hizo ver que les debía mucho.
Lo peor de mi semana (3° persona):
Ricardo estaba pasando por una semana hermosa, a pesar de que estaba repleto de tareas y apenas tenía tiempo de hacer cualquier cosa. Sin embargo, la situación causada por el Covid-19 le causaba algunas inquietudes. En cuestión de dos días los casos en su ciudad se triplicaron, y comenzó a sentir más temor que nunca. Su familia estaba en riesgo, y algunas de las personas de las que más amaba se podrían ver comprometidas en su salud. Él oró junto a sus padres pidiendo salud para sus familiares, esperando a que todo saliera bien. Él joven sabía que en la familia la gran mayoría eran personas dentro de los grupos de riesgo, y le preocupaba aún más su abuelo. Él tenía varios factores que hacen que el virus sea mucho más peligroso si se llega a contraer, pero a pesar de eso salía a la calle como si nada. Muchas veces se le intentó explicar de la situación, pero no quería entender. El abuelo solía entrenar a varias personas al aire libre para que aprendieran a boxear, pero se lo habían prohibido, por lo que limpió su vieja oficina y decidió que seguirían entrenando ahí. En menos de 2 días la colonia donde estaba la oficina se volvió el lugar con mayor número de infectados en toda la ciudad, y el temor comenzó a perseguirlo. Ricardo sabía que si su abuelo contraía el virus muy probablemente moriría, y como no sabía de él desde hace ya varios días, no sabía cómo sentirse y mucho menos sabía qué hacer.
Lo que espero para el resto de la semana (2° persona):
Probablemente esperes que las cosas salgan mal porque has vivido una mala semana, pero no debe de ser así. Eres alguien con mucha fe, y personas como tú saben que Dios siempre los va a cubrir, al igual que a su familia. Sabes que no debes de decaer, y que la semana va a mejorar, pues cuando tienes fe todo mejora. Ojalá el resto de la semana puedas aprovechar el tiempo para realizar todos los trabajos que te han estado encargando, y que la paz pueda llenar tu corazón, pues siempre has sabido que con paz todo es posible. Sueles estar calmado la mayoría del tiempo, por lo que imagino que en estos momentos la estarás pasando mal, pues en tu cara se nota bastante la tristeza y la incertidumbre. Por favor, te pido que tengas fe, pues ya verás que si tienes fe todo cambiará. Solo quédate tranquilo y espera lo mejor. Esperas que tu abuelo no contraiga esa enfermedad, y así pasará. Solo ten paciencia y verás que tengo razón.
Muy bien las personas gramaticales.