Lo mejor
Iba caminando por el parque. Fui a conseguir un poco de frutos secos a la tienda –no viviría feliz sin ellos–. En medio del parque distinguí una llamativa ave blanca, primero pensé que era una escultura que no había divisado anteriormente pero a medida que me iba acercando era muy perfecta para serlo. Estaba a menos de un metro de distancia de ella y no parecía incomodarle mi presencia. Mi ignorancia fue grande y quise alimentarla con mis frutos secos, pedazos de maní, pecana, almendra, etc. Era hermosa. Jamás había observado a una garza blanca tan de cerca y libre, en un parque que usualmente estaría lleno de la bulla de los autos y gente. Hablé, la empecé a halagar y me di cuenta que ella me halagaba a mí al permitirme descubrir una vez más lo bella que es la naturaleza. No quería hacerle perder más tiempo a mi amiga que no dobló su largo cuello para recoger ningún fruto. Me despedí y nos alejamos ambas de nuestro punto de encuentro. Unos pasos más allá, volteé y vi un pequeño lagarto comiendo concentrado lo que quería que sea para la garza. De pronto observé a esta ave acercarse astutamente hacia el lagarto y en menos de un segundo, la vi devorándolo.
No sabía hasta ese instante que esa delicada ave de color puritano devoraba reptiles. Me alejé con los ojos bien abiertos y una sonrisa cómplice en los labios de saber que le hice la cacería más fácil a mi nueva amiga.
Lo peor
A Davi le llega una notificación en facebook, “Planet of the Humans” el documental que tanto está esperando ver ya está disponible online. Sin perder un minuto más, lo pone a todo volumen en su laptop. Al acabarlo de ver no puede evitar sentir la caída y el choque con la realidad. El cambio climático parece ir solo en picada, a pesar de que digan que nuestro confinamiento actual ayude a darle un respiro a este mundo.
Ella no tiene conexión directa con ninguna persona, animal o planta de esas imágenes pero cómo estar ligera y ciega de consciencia. Cómo no sentirse parte de este TODO que los seres humanos llaman planeta tierra, llaman hogar. Cómo no sentirse con ganas de gritar y la cabeza a mil por hora, si ella durante sus estudios en la universidad, es testigo de gente que muere por la contaminación de las aguas, activistas desapareciendo siendo callados para siempre, industrias que solo ponen el ojo donde pueden sacar ganancias y estar rodeada de una sociedad tan consumista que lo único que no quieren comprar es al que los manipula.
Lo que espero
¡Hola, Ari!
Espero que tus motivos de vivir se encuentren felices al igual que tú.
Te podría decir las muchas cosas buenas que quiero que sucedan la próxima semana, como el que me llame mi consulado y me de una fecha segura para volver a casa, que la gente sea más consciente de su salud, que haya una cura para este mal, que acabe esta cuarentena…
Pero la vida siempre saca sus cartas al azar y estas opciones me parecen muy remotas.
¿Sabes que espero para la siguiente semana? Con la mano en el pecho, te digo: Ya me cansé de querer cambiar mis circunstancias, dejaré que estas me cambien a mí.
He vuelto a retomar de corazón mi trabajo en el yoga, lo que hace que vea esta realidad de adentro para afuera. Y quiero despertar la siguiente semana y todas las que vienen queriendo seguir trabajando disciplinadamente en esto.
Disculpa si mi deseo no es lo suficientemente romántico –ojalá el tuyo sea mejor–, pero prefiero ser breve esta vez.
Abrazos,
Davinia
Muy bien las personas gramaticales. Nos falta trabajar más la corrección, en el primero hay mucho que sobra. Recuerda buscar conectar, quitar todo aquello que no aporta al texto.