Muchas veces me vi en sus ojos y reflejaban amor pero lo que ahora veía, no sé cómo describirlo, si se pudiera ver el frío, el vacío, la soledad, el odio y el desasosiego en una mirada, esa sería la suya. Las personas que viven en los caminos del mal ya no son las mismas. Ella ya no era la chica de la que me enamoré, definitivamente algo en su interior había cambiado.
Un sábado en la noche nos hicimos novios, era diciembre y hacía frío pero el calor de nuestro amor y felicidad nos llenaba. Sabiéndolo o no, es un compromiso que debe respetarse. El iniciar una relación te involucra, por así decirlo, sólo en el mundo físico sino también en el espiritual. Los primeros días de nuestro noviazgo éramos felices, como toda pareja teníamos nuestras diferencias pero el amor nos ayudaba a reconciliarnos. Mi novia era muy bonita, no sólo físicamente sino interiormente, aunque ya estaba conmigo, sus pretendientes la seguían buscando. Al principio eso me molestaba después lo vi normal, sin saber lo que vendría.
Existen hombres que con tal de conseguir el amor de una mujer son capaces de abrir la puerta al enemigo. Un ex novio suyo mandó hacer un conjuro para reconquistarla. No sé cómo pero nuestros problemas crecieron, lo que antes eran indirectas se convirtieran en ofensas con groserías. Literalmente se convirtió en un infierno. Nos separamos. Cada quien se fue por su lado. Aunque tiempo después supe por su familia que cosas raras estaban pasando en su casa, se movían las cosas y se escuchaban ruidos, y mi novia había cambiado tanto que parecía otra persona. Un día fui a su casa a visitarla, se me ocurrió orar por ella, pero hacerlo sin saber cómo fue un error, el cuarto donde estábamos empezó a sentirse un frío helado, me entró un miedo como nunca lo había sentido. Su mirada cambió y su voz se escuchaba como si fuera de otro mundo, aborrecía lo que tuviera que ver con Dios, todo parecía haber empeorado. El miedo me paralizó.