ARGUMENTO
Para gestionar el grado de bachiller en la carrera de Ingeniería civil, Margarita debería contar con una cierta cantidad de dinero, cada noche sumaba sus ahorros guardados en una cajita de madera y le agobiaba saber que le faltaba conseguir lo necesario; afrontaba una gran crisis económica familiar tras la separación de papá y mamá, por ello sentía la responsabilidad de resolverlo personalmente.
Un día mientras realizaba sus prácticas profesionales en una obra de construcción, recibe la propuesta de su jefe para apoyar en la realización de unos planos de replanteo, trabajo que sería remunerado, significaba un ingreso extra, sin dudarlo ella acepta.
TRAMA – ESQUEMA RIGUROSO
1.- REVISANDO MIS AHORROS
Dentro de mi habitación, abrí el viejo armario, busqué dentro de él aquella caja de madera que contenía mis ahorros, al hallarla, puse una llave dentro del candado, giré hacia la derecha y esta se abrió, acaricié y conté los billetes y monedas que estaban dentro.
2.-PREOCUPACIÓN
Solo sumé 400 soles y tenía la responsabilidad de obtener el triple de aquella cantidad para gestionar mi bachiller en la universidad, dentro de casa existía una crisis económica familiar tras la separación de papá y mamá.
Miré y jugué con el dinero sobre mis manos, luego lo coloqué dentro de la caja, lo aseguré con el candado, cerré el armario y me dirigí a mi cama. Aquella noche antes de dormir me llené de interrogantes.
3.- ÁNIMO ANTES DE SALIR EN CASA
Al día siguiente, al vestirme frente al espejo para ir a la obra de construcción, donde realizaba mis prácticas pre-profesionales de ingeniería civil, me miré con amabilidad y sonreí, me llené de fe en Dios y de esperanza para una pronta solución a mi situación.
4.- ACTITUD
Aquella mañana, dentro de la obra, tuve una gran actitud y realicé adecuadamente las coordinaciones para el vaciado de concreto, luego, mi jefe, me avisó sobre una reunión a la hora del receso dentro de su oficina, me asombré, pero acepté participar.
5.- PROPUESTA INESPERADA
A la hora indicada, fui a la oficina, cuando llegué mi jefe estaba revisando los archivos en su computador, toqué la puerta abierta, él me invitó a pasar y me senté frente a su escritorio, me explicó sobre su control hacia mi trabajo y me elogió, además me propuso que apoye a los técnicos en la elaboración de los planos de replanteo de la obra, y añadió que sería remunerada, me alegré y sin dudarlo acepté la propuesta.
6.- PLANOS DE REPLANTEO
Trabajamos arduamente de lunes a viernes, después de estar en obra, fué un poco agotador laborar más de 8 horas, pero me animaba pensar en mi sueño.
7.- ANHELADA REMUNERACIÓN
Cuando llegó el día de la entrega de los planos replanteados, recibí mi remuneración, al ver los billetes, me emocioné por dentro, pero me contuve ante los demás, nadie conocía lo que en casa afrontaba.
Pude realizar el pago para la obtención de mi grado de bachiller.
RELATO
Entre el silencio de la noche y la luz tenue de mi habitación, abrí el viejo armario marrón en busca de aquella caja de madera que contenía mis ahorros, al encontrarla, coloqué la pequeña llave dentro del antiguo candado, giré hacia la derecha y al instante ésta se abrió; aquellos billetes y monedas brillaron ante mí, como cual tesoro, listos para ser contados y acariciados por mis traviesos dedos.
400 soles, 400 soles, repetí en voz baja tras realizar el reiterado cálculo, aquel monto, significaba el sacrificio de cuatro meses de trabajo, pero a la vez, representaba una constante preocupación personal; dentro de casa afrontábamos una gran crisis económica familiar tras la separación de papá y mamá, y yo, tenía la gran responsabilidad de reunir el triple de aquella cantidad, para poder gestionar el grado de bachiller en mi universidad.
Pasé algunos minutos mirando el dinero sobre mis manos y jugando con él; luego, me dispuse a colocar todo el monto dentro del recinto de madera, presurosa, aseguré la caja con el candado, cerré el armario y me dirigí a mi lecho.
Las interrogantes como fieles amigas aparecieron en mi cabeza, ¿De dónde consigo un préstamo? ¿Cómo reúno lo que me falta?, entre una y otra pregunta, sin darme cuenta, me abandoné en un profundo sueño.
Al día siguiente, mientras me vestía frente al espejo para apersonarme a la obra de construcción, donde realizaba mis prácticas pre-profesionales como egresada de la carrera de ingeniería civil, me miré con ojos llenos de amabilidad y me entregué en una grata sonrisa, una inquebrantable fe en Dios, empezó a recorrerme por completo, la certeza de que nada iba a detener mis sueños y que pronto encontraría la solución a mi inquietud, se hizo cada vez, más fuerte en mí.
Aquella mañana, dentro de la obra, me acompañó una vibrante actitud, la que me permitió realizar eficientemente las coordinaciones para el vaciado de concreto en columnas. Transcurrido, algunos minutos, se acercó el Ingeniero Residente–mi jefe, para hacerme de conocimiento sobre una reunión a la hora del receso dentro de su oficina; una fría intriga abordó mi mente, pero sin dudarlo asenté la cabeza, en señal de aceptación.
Tras un turno de trabajo productivo, empecé a caminar en dirección a la oficina, el área libre permitía la gran fluencia del viento, al punto que éste parecía darme ánimo al hablarme al oído.
Al llegar al lugar, noté que mi jefe estaba revisando algunos archivos en su computador, así que, me dispuse a tocar suavemente la puerta que se encontraba abierta, al instante, él dirigió su mirada a mí, y amablemente me invitó a pasar y sentarme frente a su escritorio.
Me ubiqué sobre una silla y al mirarnos a los ojos, empezó a explicarme sobre su exhaustivo control hacia mi trabajo, alagó mis labores como practicante y mencionó que en coordinación con el plantel de técnicos propusieron contar con mi apoyo para la realización de los planos de replanteo de la obra (planos que por reglamento se deben entregar al culminar la ejecución de la misma); esto significaba un ingreso extra, el cual yo necesitaba. Sin pensarlo y sin poder ocultar mi sonrisa, acepté aquella solicitud.
De lunes a viernes, después de los dos turnos de obra, trabajé en conjunto con los demás técnicos, entregué mi mayor esfuerzo y responsabilidad; fué un poco agotador llegar a casa cada noche después de una labor de más de 8 horas, pero siempre, me animaba el saber que lograría mi sueño.
Los días transcurrieron rápidamente hasta que llegó el momento de la entrega de los planos replanteados, y con ella mi ansiada remuneración. Cuando vi los billetes sobre mis manos, quise llorar y saltar de emoción, pero me contuve, pues nadie entendería mi accionar pues desconocían lo que en casa afrontaba.
Es inexplicable la dicha de poder hacerte cargo de tus necesidades, de conseguir la confianza y valoración de tu trabajo, es verdad, todo esfuerzo siempre será recompensado; realizar el pago para la obtención de mi grado de bachiller siempre lo consideraré como uno de mis mayores logros.
Atte. Margarita
argumento le sobra mucho. Pon la lupa en la problemática.
Esquema y relato MUY bien.