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Reto 12. El libro deseado

Argumento.
Una niña con el deseo de leer, se lleva una sorpresa al tener que ganarse las cosas sin ayuda de su madre.

Trama y esquema riguroso.
Librería: Me gusta un libro, voy con mamá por dinero.
Enojo: Le cuento a mi madre, no quiere comprarlo.
Ahorro: Decido ahorrar, pasan varios días, consigo el dinero.
Sorpresa: Regreso a la tienda, no está el libro, me entristezco.
Conflicto: ¿Guardo el dinero o lo gasto?
Decisión: Guardo el dinero.

Texto.
Observo por un momento la puerta frente a mi, al abrirla escucho la molesta campana anunciando un cliente nuevo. Me dirijo a los estantes recorriendolos en busca de un nuevo título.
Sostengo entre mis huesudas manos uno que promete demasiado, haciendo iluminar mi rostro ante la emoción de una nueva aventura.
No tengo dinero, sin embargo, mamá podría prestarme. Seguramente aceptará.
Voy trotando a casa con el viento contra mi rostro dibujando una sonrisa. Pronto tendré un nuevo mar por navegar.
Tristemente, una vez en casa, pocos minutos fueron suficiente para recibir un “Me falta dinero” como respuesta.
Estoy molesta pero discutir no solucionaría nada. Camino refunfuñando hacia mi recámara y una vez ahí, me siento frente a la pila de libros que tengo. Ansío más de ellos. Todos son valiosos. Me resulta imposible la idea de desperdiciar una posible nueva aventura.
La mejor opción es conseguir dinero por mi cuenta. Tomo la alcancía en mi estante. Se encuentra empolvada gracias al paso del tiempo, pero tiene algunos billetes, sin embargo, me falta para ello.
Durante los días siguientes, mi orgullo prevaleció y no volví a tocar el tema. Finalmente logré juntar el dinero necesario gracias a algunos encargos de mi abuela.
Otra vez en la librería, me dirijo al lugar donde estaba la última vez, sin embargo, no está. Lo sigo buscando por todos lados ansiosamente sin éxito alguno. Ni siquiera el viejo hombre sabía de su paradero.
Salgo cabizbaja a sentarme sobre la banqueta ¡Debía ser mío! Estuve esforzandome tanto para al final, no conseguir nada.
Tras el terrible suceso, una nueva interrogante surge en mi mente ¿Qué haré con el dinero? Volteo la mirada hacia la plaza. Podría gastarlo con las cosas que venden ahí, pero no le encuentro sentido. Sería mejor guardarlo, después de todo, esto no habría sucedido de haber ahorrado desde antes.
Voy a casa, esta vez con la cabeza en alto, porque ahora me aseguraré que no se repita esta situación.

-Dulce Garza

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romina
3 años desde

vuelve a leer en el libro el reto. NOs falta trabajo en el argumento y esquema, para tener más herramientas en el desarrollo.