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Reto 10 | Bailando bajo la lluvia

Transcurría el úlimo día del año 2017. En Amsterdam las ráfagas de viento gélido calaban hondo hasta los huesos, la lluvia no había cesado de caer desde la madrugada, el sol simplemente se había tomado vacaciones. Sin embargo, el clima no era un obstáculo para que la alegría contagiase los transeuntes de la plaza del Museumstraat, lugar donde se levantaba imperioso el Rijksmuseum con su fachada en tonalidades rojizas y naranjas que resaltaban aún más con el cielo gris e hinchado de lluvia.

Desde uno de los quioscos adyacentes a la pista de patinaje que se encontraba frente al museo, Karen observaba el entorno mientras saboreaba un té de canela para exorcisar el frío, junto a sus compañeras de viaje, que en cambio observaban las pantallas de sus celulares.  Un grupo de niños patinaban sonrientes y felices aún en medio de la lluvia. Al son del ritmo contagioso de las notas musicales de Hello de Martin Solveig. Karen se perdió en sus pensamientos, admiraba la “levedad” de los niños, que seguían jugando aún en medio de la lluvia, algunos bailaban, otros se caían, lloraban un momento después seguían… era una metáfora de su vida misma.  ¡Ay si el dos mil diecisiete había sido fuerte! No por sus hechos en sí, había sido un buen año, quizás uno de los mejores. Pero ella se sentía al borde de un precipicio, había sido un año de decisiones importantes y drásticas que según lo planeado debían concretizarse en el venidero. Y ése 31 de diciembre era el salto hacia adelante, hacia ese futuro incierto y emocionante. Tenía miedo. Quién no lo tendría mientras está por dejar un trabajo seguro pero aburrido, cambiar de sector profesional, volver a las aulas universitarias, meterse en juego. Era una apuesta por los sueños, los porcentajes de desocupación juvenil en Italia seguía aumentando, la economía de la Unión Europea demostraba pocas perspectivas de crecimiento, había incertidumbre sobretodo por la Brexit. Eran tiempos complicados para los soñadores.

Una de sus compañeras de viaje interrumpió sus pensamientos, mientras leía las noticias en facebook exclamaba con vehemencia por la situación en el Medio Oriente y la decisión polémica de cambiar la Embajada estadounidense a Jerusalén. Otra en cambio, mostraba horror al leer los testimonios de las víctimas que compartían sus historias personales de abusos en las redes sociales a través del hashtag #Metoo.

En medio de los discursos, Karen las interrumpió y propuso seguir con el itinerario del día, ir al Museo de Van gogh que estaba a pocos pasos. Las chicas desistieron, estaban muy cansadas, tres horas de recorrido por el Rijksmuseum habían sido suficientes. Acordaron regresar al Airbnb a descansar para prepararse para la noche vieja. Había que disfrutarlo en una de las plazas principales. Ése año les había tocado Amsterdam el siguiente no se sabía, pero un 2017 se concluía entre risas, amistades, viajes y gran algarabía no obstante las circunstancias.

Los niños seguían patinando, la lluvía no había dejado de caer ni el viento de danzar.

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romina
2 años desde

Bien redactado. Nos falta conexión, no olvides al lector, y ahora hay que empezar a exigirnos en la corrección.