Todo comenzó en una noche oscura y fría, las hojas de los árboles se movían al compás del viento, produciendo un ruido fuerte. Caminaba sigilosa, procuraba no hacer algún sonido, con la intención de llegar a casa.
Seguí con mi camino, de pronto sentí una presencia, no hice caso, pensé que eran alucinaciones mías, di unos pasos más, escuché como una rama del suelo se rompía, estaba segura; me seguían. Me quedé parada pensando que hacer – ¿Será mejor voltear y enfrentarlo? No, es una idea loca no sabes quién está detrás. Entonces, ¿mejor corro?, me atrapará. Espera, ¡piensas demasiado!, es hora de actuar.
Sin saber con exactitud que hacer corrí, corrí y corrí hasta quedar sin aliento. Mis piernas ya no podían más – Debo buscar un escondite. – pensé .De pronto, vi un gran árbol, me puse detrás de el.
– Seguro ya me perdió de vista, esperaré unos minutos más aquí y luego me iré a casa. Estaba completamente convencida.
Cuando me iba a levantar para irme, escuché como alguien corría hacía mí. En ese momento me quedé parada como estatua. “¿Qué hago?” era lo único que pasaba por mi cabeza. La persona desconocida llegó.
Mi vida paso por un minuto frente a mis ojos, era mi fin. El desconocido acerco su cabeza para verme, y dijo…