Suaves rizos blancos invaden su estado de sueño, la vaga sensación de flotar entre lo despierto y lo dormido abre en la mente de Marcos la agónica realidad de un mundo paralelo y asqueroso.
Recordó el Haiku que su hermano (un supuesto escritor) escribió al tiro del impulso y que luego arranco la hoja, formando un bollo arrugado con unas frases que apenas Marcos recuerda:
Sangre por sangre
En tinieblas de odio
Aún hay vida
En efecto, monstruos pelean en su mente, uno logra arrancar el brazo a un niño de 5 años (en ese mundo paralelo de colores fríos que se combinan de manera aceitosa y acuosa, donde la imaginación es parte de todo) lo más raro es que el niño no suelta ninguna lágrima.
-Tal vez el mocoso ese es bien parecido a ti idiota, igual de seco y aburrido, Marcos – dijo una voz Parecida a su hermano (el escritor) a Marcos.
Se levantó, como si la fuerza de unos impulsos eléctricos movieran su columna, obligándolo a sentarse en su cama.
“Recuerda tu Soledad, Marcos, recuerdala, pero no dejes que te carcoma, así como a tu hermano la soledad lo llevó a suicidarse, pronto podrás olvidar el luto y vivirás en paz con tu vida, y tu mundo taciturno y melancólico te lleve a escribir un buen cuento… “