Querido amigo,
Cierro los ojos y te veo sumergido en un abismo que parece no tener fondo, te veo rodeado de oscuridad, en un espacio infinito en que solo estás tú, te veo llorando, llenando tu habitación de lágrimas hasta que tienes que inclinar la cabeza para no hundirte, veo tu corazón palpitante, débil, cansado, haciendo eco en tu pecho vacío.
Es cierto que yo no puedo borrar todo lo malo que sucede en el mundo, que no importa lo que haga, cada noche dejaré de ver el sol y solo me quedará esperar hasta el día siguiente.
Pero el amanecer me ha enseñado algo, y es que la noche no es interminable, la penumbra no reinará para siempre, porque cada mañana veré el sol una vez mas, veré la luz levantándose por encima del horizonte, y sus rayos cálidos me consolarán, me abrazarán y todo estará bien.
No puedo llevarme la oscuridad, ella existirá siempre, las sombras se proyectarán a nuestros pies hasta el final, pero sí te puedo decir que la luz vuelve, el sol renacerá una vez más. Las noches serán difíciles, pero recuerda que en el vacío infinito de oscuridad hay estrellas, no sé cuántas, porque ni siquiera yo las puedo contar. Si tienes frío, encobíjate a la luna, si te sientes perdido, guíate con las estrellas, pero ten esperanza, porque volverás a ver la luz.
Una amiga.
Muy buen texto.