Argumento.
Alberto acaba de salir de la cárcel, inculpado injustamente por un crimen que no cometió, se enfrenta a la cruda realidad, ante una sociedad que no perdona el ser un ex convicto. Pero al final del oscuro túnel siempre hay luz y se abrirá camino al encontrar a Don Pedro quien le brinda una oportunidad de trabajo.
Trama.
La salida
Alberto acaba de salir, nadie lo recibió fuera de la cárcel. Camina dos horas para llegar s la ciudad. Tiene hambre no tiene ni un peso y nadie le brinda ayuda.
Desprecio total
Intenta pedir trabajo en varios lugares, todos lo rechazan. Pasa la noche bajo un puente. Al día siguiente se dirige a ver a sus familiares.
Mi familia no me apoya
Sus únicos familiares, sus tíos y primos al verlo lo maltratan, le dicen que se vaya, no quieren tener que ver nada con presidiarios. Alberto sale con el alma en pedazos.
Al borde del suicidio
Sintiéndose, solo y desamparado, comienza a pensar locuras. Una de ellas quitarse la vida tirándose del puente donde estaba viviendo.
- La luz al final del túnel
Antes que pudiese hacer una locura, don Roberto pasa en su camioneta y se encuentra con la escena de Alberto al borde del puente. Logra bajarlo, ⁰le ofrece trabajo y un lugar donde quedarse.
Estoy pasando el enrejado de la cárcel, puedo ver el cielo azul, tal cual es otra vez. Que bueno es sentirse libre, saber que no estaré mas tras estas paredes de muerte. Me pregunto quien estará esperando por mi, ¿Será mi novia? O acaso alguno de mis primos o tíos.
Salgo por completo y la calle se encuentra vacía, nadie vino por mi. Emprendo mi camino rumbo a la ciudad, son mas de 10 kilómetros bajo un sol abrasador. Luego de caminar mas de dos horas, estoy cansado, tengo hambre. Lo peor e que no tengo ni un céntimo en mis bolsillos, intento pedir algo de sobras en una cafetería y lo que recibo son gritos he improperios, lo peor de todo es que las sobras prefirieron dársela a los perros de la calle . Intento nuevamente. En otro almacén, pidiendo me den algo de comida a cambio de trabajo, recibo un pedazo de pan y agua, trabajé toda la noche descargando un camión para pagarlo. No sabia donde terminar de pasar la noche, así que me dirigí al puente que se encontraba el final de la calle. Coloque en el piso algunos cartones que encontré en la basura, para ablandar un poco el suelo. Caí como una piedra de lo cansado que estaba.
A la mañana siguiente, me dirigí a casa de los únicos familiares que me quedaban mis tíos, me sentí emocionado, pensé por fin voy a estar en casa. Llegue y llame por la puerta de adelante pero nadie salió. Camine por el costado de la casa, la puerta estaba entre abierta, así que entre, al primero que me encontré fue a mi primo Juan, le sonreí y me dispuse a saludarlo de manera efusiva, pero el me miro con desprecio, salió corriendo dentro de la casa. Pronto salió mi tío y antes que pudiese decir algo, me grito: lárgate de aquí no queremos nada que tenga que ver contigo. Eres una vergüenza.
Salí de aquí despavorido, pálido con ganas de vomitar. Jamás pensé que mi familia me tratara de esa manera. Llore todo el camino de regreso me sentía una basura, a pesar de no serlo, fui acusado injustamente y puesto preso por manipulación la manipulación de gente inescrupulosa para la cual trabajaba.
La verdad no quería vivir lo único vino a mi mente fue tirarme del puente y acabar con mi miseria.
Trepado en la parte mas alta del puente , dispuesto a lanzarme, escuche la voz de un señor que me decía: amigo no lo hagas, sea lo que sea no vale la pena. Baja y conversamos se que puedo ayudarte. Después de mucho pensarlo baje. Era don pedro el dueño de la gasolinera del pueblo. Me ofreció un trabajo como despachador y me permitió dormir en el cobertizo, junto a la gasolinera. A partir de allí mi vida empezó a cambiar, empecé a estudiar y conocí a María, pero eso es parte de otra historia. Gracias a Dios uso a don pedro para dejarme ver la luz al final del túnel.