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Hasta ser polvo.

Y dentro de las pinturas colgadas en la sala, la forma de tu hermoso cuerpo aún se refleja, aún se ve tu sombra, y todo comenzó el momento en que partiste.

Es lunes por la mañana mi alarma suena, pero yo llevo despierto toda la noche, entre insoportable llanto y desesperación
No puedo siquiera moverme, a penas y mantengo la pluma en alto, te eh visto por última vez ayer por la tarde, eh observado tu cuerpo inanimado pero aún no logro procesarlo.
Mis ideas son divagantes no dejo de recapitular cada instante, esos últimos instantes…
Mi llanto no para ni un segundo, mi alma arde por dentro y lo único que realmente escucho son las palabras crecientes de tu perfecta boca que alumbraban mi mañana pegada a mi oído

Todo comienza el domingo por la mañana, suena nuestra alarma y en cuanto logro abrir los ojos tu sonrisa me anima, llevas una linda pijama de tonos rosas y tu cabello está revoloteando por la cama, completamente despeinado, tu cuerpo cónyuge del mío se queda acostado a mi lado por unos minutos más; logro sentir tu aroma, tu calidez, cada matiz de tu piel impregnada en tus labios, tus pecas pintadas con timidez y el rayo creciente de luz colgante de la ventana, nos quedamos inmóviles minuto a minuto…

Algo dentro de mi no quería tu lejanía, solo sentía la verdadera necesidad por abrazarte, me dijiste al oído con voz cálida y amorosa
-Amor, ya es tarde y tengo que ir con mi madre
A pesar de que yo entendía cada palabra que habían articulado tus labios mi alma no sé daba por comprender y no me quedo otra opción más que soltar tus brazos y alegar en palabras despacio y sin mucho ánimo
-no tardes tanto mi vida
Aún recuerdo cada uno de tus movimientos al levantarte, la forma de estirar tus brazos, tus
bostezos, tu caminar a ojos aún cerrados por el sueño
Y entre movimientos dormidos el agua tibia te despertaba en la regadera, escuché cada sonido de
tu ducha mientras me levantaba a preparar el desayuno, cuando entra la cocina y mire el día observe la calidez que había, cada gota de luz que se reflejaba, cada hilo de aire y cielo azul. entre el bello panorama que se miraba en el césped del jardín y mi alma distraída en pensamientos de vida tu voz tintineo en la cocina, volteé la mirada y observé tu radiante belleza inconmensurable

Tus ojos claros, tu postura, tus manos, cada parte de la tersa sensación de poder tocar tu piel con tan solo la mirada; el tinte de tu boca, de cada parte de tu piel de la que me fascina beber

Cada parte de tu celestial belleza que impregnaban la estadía de la cocina y pintaban aún más a mi día. Entre tu sonrisa la mía se dibujo y pude dejar de pensar en el tiempo, el espacio, o cualquier cosa que me atara a la realidad, para poder sentir así a tu alma en el ambiente tomada de la mano conmigo y poder saber que el tiempo para mí se habría esfumado en tu piel

Después de ello te abrace y bese lentamente, tratando de no quitarles tan vivido tono que habitaba en tus labios, te tome por la mano y te lleve hasta el desayuno, y sentí como tus palabras envolvían a las mías entre figuras de lo que para mí es un paraíso, reímos, hablamos, te hice sonrojar y al final dijimos un, Te amo

Tomaste tus llaves mientras yo habría la cochera, vi tu sonrisa y desde lejos te desee suerte, y pude recordar el último abrazo interminable en el que los dos nos negábamos a salir, recuerdo todo, después de algunas horas te hablé pero no respondiste me pareció raro, aunque pensé que tu batería se había terminado; pasaron más minutos y el cielo se nubló el buen tiempo se había ido volví a hablar pero no hubo respuesta por lo que decidí hablarle a tu madre en el momento en que me contestó y me cuestionó mi mente estalló, se volvió trizas, sus diálogos me mataron de desesperación

-No Pablo, no a llegado, creímos que había decidido no venir, pero ¿Por qué preguntas? ¿Pasa algo?

Corte la llamada desesperado, mi ser se quedó mudo, sin expresión, pálido ya habían pasado más de 3 horas y media de tu salida, la ansiedad se adueñó de mí, salí a toda prisa a recorrer las calles por las que debiste pasar, aunque a penas y podía respirar mi aliento se ahogaba en desesperación.

Entre kilómetros te buscaba, tratando de no llorar, y alejar mis pensamientos de lo más lastimoso que te hubiera podido pasar, trabaja de alejar a mi imaginación, pero simplemente se expandía entre ideas que ya me apuñalaban

Era un recorrido de aproximadamente dos horas después de hora y media al punto del colapso vi a lo lejos tu auto volcado, alrededor, policías, paramédicos y aquella cinta amarilla que penetró en mi mirada

Entre ansiedad mis manos se recorrieron por una fúnebre sensación de muerte, el día que parecía hermoso había cambiado sus notas por un cielo echo de polvo grisáceo, me acerque corriendo con el alma en la punta de la desesperación, entre empujones de paramédicos que me intentaban detener mi alma ahogada gritaba que eras mi esposa, cuando te tuve de frente pude observar tu mirada casi extinta de tinta de la vida, mi alma grito con tanta desesperación llamando a la tuya que estoy seguro de recordar la sensación de que tú corazón latía, tus labios aún conservaban su tono, la declaración de la muerte fue 10 minuto antes, aún intentaron reanimarte dentro de la ambulancia pero ya no tenia caso, tu pulso había dejado de decir las vocales de tu nombre

Recuerdo hasta tu aroma que se mezclaba con el de las gotas en las que tan solo momentos atrás habitaba tu vida, recuerdo abrazarte y acariciar tu cabello, y besar aún tu tersa piel tibia de vida, el llanto de mi alma y el decirme que solo era un maldito sueño

En tu cuello iba el color púrpura de la amatista cristalina que simbolizaba que mi amor habitaría en aquel mineral hasta que nuestras almas volvieran a su estado original de polvo mineral, y aún así te amare hasta después de volverme mineral, mi amatista.

Posdata: tengo lista la tiara de aguamarina, para nuestra hija y para ti, por desgracia no la podré poner en sus frentes, ni ver el nacimiento de mi hija…

 

 

 

 

 

Hasta ser polvo.

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