El secreto a voces.

Cariño mío, he de confesarte una cosa, no se como lo vayas a tomar pero deseo enteramente que lo sepas ya.

Tengo un amor de carne y hueso, es una dama tan dulce que no podrías creerlo.

Ella no se da cuenta , pero sus ojos denotan una pureza inigualable, y sobre todo su amor incondicional causa en uno tal emoción… Que es meramente incontrolable.

Un suspiro al alba me otorga una pizca de calma. Pero su simple presencia me hace suspirar audiblemente sin perder ni un minuto la esperanza, debo admitir que este sentir me acongoja demasiado y no soy capaz de cuantificarlo ni siquiera de abandonarlo en un prado. Ella me otorga la mas efímera felicidad que eres capaz de imaginar.

Cuál lobo a su presa me ha acorralado,pero sin lugar a dudas el miedo no me ha petrificado. En cambio, un amor echo raíces entre los ventrículos de mi corazón, dejándome aliviada con una pizca de dolor.

En hora buena a llegado nuevamente mi sentimentalismo,por un par de meses lo habia dado por perdido…

Todo aquel amor que soy capaz de generar, tengo la sincera intención de brindarselo sin reproche, día con día se muestra ante mi con la más dulce de las sonrisas y por si no fuera poco con el calor palpitante de tu afecto a flor de piel.

Siempre le suplico entre miradas se soslayo que me deje sentir toda la extención del más puro afecto que alberguen sus hermosos labios…

Le imploro que me permita mostrarle una vez más de que puedo llegar a ser capaz, por una de las más ardientes pasiones que he experimentado en mi corta vida ya.

Admito abiertente ante ti que aquello que empecé a aprender por mera curiosidad, ahora lo termino de comprender con anhelos vagos de poder amar.

Espero ya lo hayas notado vida mía pero contigo me enamore de la idea del amor.

En este momento puedo imaginar el desconcierto en tu rostro, ¿Acaso esperabas que mi amada fuera otra persona y no tu?.

Nunca te has dado cuenta del esplendoroso ser que alberga en ti.

Justo ahora has de tener aquella sonrisita risueña, con la cual me hiciste esclava de tus encantos.

Ciertamente me siento tranquila de poder llegar hasta este punto de mi vida con el consuelo de que estás inmersa  en ella, pero es innegable mi frustración con el hecho de no haber podido decirte la extensión de mi afecto con anterioridad…

Y es justo por esta razón por la que no siento que sea correcto el siquiera pensar que cuál susurro al viento mis palabras llegarán a las fauces de tu sentimentalismo abriendo ante mi los paramos de tu extenso amor incondicional una vez más. Porque ninguna persona se merece menos amor del que es capaz de otorgar.

A pesar de que por las noches mis más profundos anhelos toman forma y  me susurran  una y otra vez , que a pesar de que mi voz no te lo mencioné, te amo con locura y devoción todas las noches.

No puedo decir exactamente en qué momento ni mucho menos en que lugar fue, solo puedo afirmar que de ti me logré enamorar.

No me pesa admitirlo, al comienzo de esta carta lo he especificado, pues ciertente era un secreto a voces el cuan grande es mi amor por ti.

Y de ahora en adelante, no lo negare más por qué deseo amarte por toda la eternidad…

Atentamente: A.H.Alondra Ivette.