Hoy desperté con la ilusión de volverte a ver un día más, acercarme a ti y decir lo que yo siento por ti. Se que no soy buena hablando, pero quiero plasmar en esta carta todo lo que me trasmites y me hacer sentir.
Recuerdo el día que te vi por primera vez, para ser exactos, un viernes por la noche. Te veías tan lindo a la luz de esa bella luna. Me moría por hablarte, quería acercarme a ti, no tenía valor, mi cuerpo temblaba, respire profundo di unos pasos hacia ti y pregunte tu nombre, volteaste me miraste y al decir tu nombre me sonreíste, quede asombrada mi corazón latía mucho mas de lo habitual, tu voz era tan cálida, un canto tan bello para mí, desde ese momento supe que estaba enamorada de ti.
Eras mi perdición cariño mío… Me alegraba escuchar tus chistes y aventuras, déjame decirte que nunca nadie me había echo reír tanto, como tú lo hiciste en esa noche.
Pero dime amor mío, que me has hecho que no puedo dejar de pensar en ti, cada minuto que paso sin ti, es una tortura para mí. Cuento los días para volverte a ver, corazón dime que sientes lo mismo por mí. Se que somos un amor prohibido, que no podemos estar juntos, somos como Romeo y Julieta. Tu eres mi gran Romeo, te quiero, te amo, te aprecio. Cuando estoy contigo me haces transmitir una paz, aquello que estaba buscando, lo que yo quería en esta vida, déjame curar tus heridas, ser un complemento para ti, pero no quiero que nos hagamos una costumbre, que cada día vivamos una buena aventura.
Eres tú, el hombre que quiero en mi vida, el hombre que me hace sanar día con día…