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Cargar culpas

Hoy aprendí muchas lecciones que quise compartir en esta especie de muro; la primera es que todo tiene su tiempo y espacio; y muchas veces nosotros somos demasiado egoístas para darnos cuenta y darle la atención adecuada.
De camino al trabajo empecé a leer desenfrenadamente creería que ni yo misma entendía el concepto de muchas palabras pero la verdad tampoco me importaba buscarlas; de repente; el chofer del bus freno tan fuerte que yo casi me voy al piso con todo y celular; y es normal que muchos pasajeros se hubieran molestado conmigo; en ese instante pensé en dos cosas: la primera coger rabia con la señora quien me agredió verbalmente delante de los demás pasajeros o disculparme con ella y entender que en ese momento no era ni el lugar ni el espacio adecuado para leer; en cambio opte por una tercera opción: Ignorar a la mujer. De aquí comprendí tres cosas de mi vida: La primera es que muchos jóvenes optamos por ignorar las cosas hasta que ya es demasiado tarde y no enfrentamos ni tomamos las decisiones en el momento apropiado; Yo debí disculparme con la dama y el señor que sin querer casi me llevo y no solo quedarme callada; como un perro obediente que solo calla y agacha la cabeza cuando es regañado sin la más mínima objeción o arrepentimiento.
¿Cuántas veces he estado acostumbrada a comportarme como perro o tu querido lector cuantas veces lo has hecho?
Estamos acostumbrados a solo obedecer porque a si nos han enseñado desde niños, pero ¿porque no nos han enseñado a actuar?, a tomar acción sobre nuestras decisiones; muchas veces los padres fallan con sus hijos; al creer que educar a un hijo es protegerlo y actúan como un perro o perra protegen al cachorro hasta cuando están grandes y autosuficientes y les enseñamos a ser obedientes, pero no a actuar, a hacer valer nuestras creencias o valores.
Otra gran lección de vida, es que los padres no son culpables de nuestras acciones; si es verdad que muchas veces la educación impartida por papá o mamá es difícil de borrar cuando estamos acostumbrados a seguir ciertas doctrinas o parámetros que nos acostumbraron desde niños; por ejemplo la doctrina de mamá es “si alguien te pega, no te dejes; devuélvesela más fuerte”, la verdad jamás fui amante a la violencia, de hecho era todo lo contrario; probablemente estuve acostumbrada a agachar la cabeza como perro más del tiempo necesario; pero la verdad es que nuestros padres no son culpables de las decisiones que toman sus hijos; o bueno por lo menos no de sus acciones.
No solo estamos acostumbrados a agachar la cabeza como perros, también estamos acostumbrados a tener a alguien a quien echarle los trapitos sucios cuando las cosas se ponen mal; si alguien asesina y viola niños interrogamos y observamos a sus padres, algo seguramente fue culpa de ellos; si tu padre te dice que debes perder tu virginidad a temprana edad, los jóvenes lo hacen porque su padre le dice que lo realicen; el punto de todo esto es que los seres humanos somos quienes decidimos que hacer, como hacerlo y cuando hacerlo; no un padre, o una madre, o alguien de admiración en tu núcleo familiar ; sino tu.
la única responsabilidad de un padre de familia es educar a sus hijos en principios y valores éticos y morales, que le permitan aprender a manejarse razonablemente dentro de una sociedad; por supuesto si un padre falla en esta tarea, ha fallado en todo; también es responsabilidad del padre enseñarlo en cuando se debe ser un perro obediente y cuando realmente solo se debe de actuar.
No hablo de actuar con violencia; hablo de decidir que hacer cuando ser un perro obediente y cuando no.

 

 

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