Hoy como siempre lo hago, le cuento al viento que tu nombre no sale de mi cabeza y que tu aroma aún perdura en mis prendas, mis pies aún sienten la arena de esa playa donde caminamos aquella tarde y mis manos recuerdan la forma de tu cintura al abrazarte, así mis labios el cóctel de menta y nuestra primer cena aquella noche al igual que los besos y apapachos antes de ir a mi cuarto.
Puedo decir que ninguna cosa se olvida así como lo que por falta de tiempo no pudimos hacer más, una vida nos queda y pronto estaré ahí.
Que los kilómetros no separen nuestras almas y que el pasar de los días intensifiqué nuestro amor.
Que las noches sean más largas contigo y el brillo de nuestro cariño sea intenso, más que la primera vez que nos vimos, rezo por estar a tu lado nuevamente, por tenerte de frente y decirte lo que siento, lo que me haces sentir, pero sé que palabras me faltarán y aún con diez vidas no podría terminar y esta carta antes del 14 no podría entregar, de tal manera que me atrevo a comparar mi cariño con el universo mismo, sin final aún y para siempre solo a tí.
Nuestro amor no tiene límites ni fronteras, nuestro cariño llega más allá del fin del mundo, un texto, una llamada, una publicación de facebook quizá, pero ten en cuenta, en mi corazón siempre vives, en mi alma tú resides, recuerda siempre mi cariño más ardiente que el fuego, por qué el día de mañana coronaré en su dedo una promesa de amor verdadero.
Esta carta es para tí mujer hermosa, la que me hace feliz, me ama y que aún estando a 3192 kilómetros de aquí puedo sentirla conmigo al dormir así como sé que tú me sientes a mí.